William y Madeleine, un viejo matrimonio que vive apaciblemente, siguen enamorados y ninguno de ellos ha sido nunca infiel al otro. Como él acaba de prejubilarse y su única hija se va a estudiar a Italia, les sobra tiempo. Durante un paseo por las colinas, Madeleine coloca el caballete en un prado para pintar una puesta de sol. Allí conoce a Adán, el alcalde del pueblo, un hombre culto y ciego, que le muestra una casa del prado que está en venta. William y Madeleine la compran inmediatamente. Se instalan en ella y durante unas semanas se sienten muy felices. Quedan a menudo con Adán y su joven compañera Eva, que viven bastante cerca. Cuando arde la casa de sus nuevos amigos, William y Madeleine los acogen en la suya. (FILMAFFINITY)