Kai es un danés que cámara en mano recorre las calles de Santiago para realizar un cortometraje. En sus azarosas pesquisas audiovisuales, este viajero conoce a una mujer que se transforma en la protagonista de una película de trama ambigua, que progresa aleatoriamente a medida que se conocen y caminan por una ciudad. Pero así como él intenta hacer su cortometraje, como en un juego de espejos, él al mismo tiempo es grabado, lo que le lleva a participar en una película que también puede entenderse como un documental.